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Tu aroma es como el de aquella tarde en que el sol se encuentra en el ocaso y sus rayos se reflejan por el campo suave y espeso como tu cabello. Es como cuando el viento mece sutil y graciosa las hojas de los árboles, provocando en ella un lúdico vaivén cual danza de pequeñas hadas. Como el alegre gorgoreo de las aves en abril o el fresco rocío de mayo, que se pasea puro y despampanante por las casa-blancas del jardín. Es cual paso misterioso de la luna a través de tu ventana, que traspasa con su luz decorosa tus cortinas e ilumina al ardiente, tu corazón. Es como aquella romántica caricia de t