Utopia Casi Real Cap11

Te miro incrédulamente, preguntándome a mi mismo; ¿Eres real? Entonces te digo:
-¿Tardanza?, no te preocupes no llevo mucho aquí.
-Uff, menos mal, me da mucha pena, la verdad soy muy impuntual.
-Bueno para la otra ya se. Digo en tono sarcástico.
-¿Entonces entramos?
-No se, la biblioteca me causa como claustrofobia, porque mejor no vamos a un lugar mas… amplio. Propones.
-Si esta bien, donde tu te sientas mas cómoda.
Te encaminas a cruzar la puerta que dirige al puente que conduce rumbo a los jardines, como si lo hubieras planeado desde hace mucho. Yo solo te sigo, hipnotizado por tu aroma, apartado del mundo por tu ser.
-¿Hace mucho calor verdad? Dices.
-Si, pero no es nada a comparación de hace rato.
-Ni cuenta me di, andaba en el laboratorio, ahí tienen aire acondicionado. Mencionas en un tono que denota tu indiferencia.
Seguimos caminando, pasamos junto al edificio de la dirección, luego junto a la alberca y la cancha de voleibol de playa, entonces te pregunto:
-¿A donde me llevas?
-Tú no preguntes y sígueme. Me dices mientras tu hermosa cara deja ver una sonrisa picara y juguetona.
-Ok. Asiento incluyéndome en el juego.
Miro a la derecha y ahí esta el estadio de futbol. Detrás de las gradas se encuentra el área verde de la universidad, en el centro de la misma, junto a la cancha de frontenis hay un árbol gigantesco como plantado a propósito, justo en el centro de un cuadro de pasto cercado con arbustos podados en forma de corazón. Entonces llega una brisa fresca, que hace que las ramas del árbol se muevan sutilmente generando un sonido de relajación, y observo como tu cabello también vuela un poco dejando ver gotitas de sudor en tu cuello, es como si estuviera en una película justo frente a la chica de mis sueños, esa chica eres tu.
-Aquí. Dices mientras señalas el árbol.
Yo te sonrío y camino por un pequeño hueco en el cerco de los arbustos, tu caminas tras de mi y te adelantas, te sientas junto al árbol y te observo mientras recoges tu pelo con una liga, has dejado tu bolsa a un costado y pones tus manos en el suelo justo detrás de ti, te recargas sobre tus brazos mirando la copa del gigantesco árbol, y yo parado ahí, completamente incrédulo, como es posible tal belleza, y como es posible que este yo junto a ti, me encantas.
-¿Porque no te sientas? Preguntas.
Sigo hipnotizado, y me dispongo a sentarme junto a ti pero torpemente tropiezo con una raíz que se asoma, mis rodillas se golpean fuerte contra la tierra y luego mis manos y así en esa posición justo como si empezara a gatear me quedo, con la cabeza agachada, y no me queda mas que reír, y escucho que tu también los haces, con una risita burlona.
-Cuidado! Dices aún en tono burlesco. -Eso te pasa por distraído. Y yo sigo riendo, pero de nervios y vergüenza al mismo tiempo, entonces me siento a tu lado y me sacudo las rodillas, entonces giro mi cabeza para mirarte.
-Hoy estas más guapa. Digo tímidamente, entonces te sonrojas y te vuelves hacia mi para luego agachar la mirada, estas un poco apenada, lo puedo notar.
-¡Nada de eso! Contestas. Y sacas una libreta de tu bolsa, mientras yo me saco el maletín y abro la bolsa delantera donde guardo la lapicera, meto la mano y la busco entre las mil cosas que tengo ahí, entonces saco la lapicera y me la paso a la otra mano luego intento sacar la goma y justo al momento en que mi mano sale de la bolsa está se me resbala y cae junto a ti, a mi derecha, entonces trato de recuperarla rápidamente y justo mientras mi mano se dirigía a recogerla me topo sutilmente con tu mano que también se dirigía a recoger la goma. Experimento una rara sensación, ni siquiera la puedo describir, es como un relámpago de energía que te recorre todo el cuerpo, entonces se detiene el tiempo y te miro a los ojos, tu sentiste lo mismo lo se, y por unos segundos nos seguimos viendo profundamente, como tratando de hacer algo más, pero nadie esta seguro y de repente, aterrizo.
Otra brisa acaricia nuestros rostros y me sonrojo y esta vez si tomo la goma del suelo, pero sigues observandome, cálidamente, y tus ojos dejan escapar un brillo hermoso, parpadeas, y luego suspiras y luego intentas distraerte mirando a otro lado, pero te resulta imposible igual que a mi.

Y esta vez lo pienso seriamente, es el momento, es el lugar, me gustas, me encantas y no he dejado pasar una noche sin que antes de dormir me quede pensando en ti, imaginando que te beso y luego todo es perfecto, pero algo me detiene, algo me contiene. Es el miedo que ahora no me deja respirar, que no me deja articular una sola palabra. Nunca te quiero perder.

Te contemplo, temeroso de lo que siga, inundado de pánico y tus ojos marrón me dicen: recuestate junto a mi, dejalo pasar, ahora miro él pasado y encuentro una justificación, encuentro una razón a todo aquello, eres tu, te veo, eres mi única razón, quien me da fuerzas esta vez. Piensa en mi cuando estés lejos de aquí, piensa en mi cuando te sientas mal, piensa en mi cuando llegue el miedo, piensa en mi cuando cierres los ojos, piensa en mi, piensa en mi.